Judiciales y Policiales
¿Con qué se drogó?

Un hombre aseguró que un OVNI lo trasladó de la ciudad a CABA en 18 minutos: "Seres verdes y sin manos"

El hecho que cambió para siempre la vida de Carlos Díaz tuvo lugar en 1975.

Los relatos de avisajes de objetos voladores no identificados abundan en todo el globo. De hecho, estos fenómenos cobraron gran relevancia pública desde finales de julio, luego de que David Grusch, ex piloto de la Marina estadounidense y exoficial de inteligencia, declaró bajo juramento que Estados Unidos había rescatado restos biológicos no humanos de un OVNI, los cuales se encontrarían ocultos en lugares estratégicos.

Si bien la mayoría de las vivencias con estos objetos provienen de otros países y continentes del mundo, también se registraron experiencias de este calibre en el territorio argentino.

Así, como se compartieron las historias del nene que fue abducido por un OVNI en el año 1978, del piloto que fue perseguido por estas criaturas o la policía que pudo viajar al futuro gracias a estos entes; ahora se difundió la narración de un hombre que asegura haber sido transportado por un platillo volador desde Bahía Blanca a CABA, en 18 minutos.

El hecho que cambió para siempre la vida del trabajador ferroviario tuvo lugar el 5 de enero del año 1975. Era una madrugada de verano, cerca de las 3 de la mañana, cuando el hombre se destinaba rumbo a su casa en Ingeniero White (Bahía Blanca) luego de una larga jornada laboral y los sujetos no identificados bajaron a la tierra para llevárselo.

Resulta que en tan solo 18 minutos, el empleado del transporte conocido como Carlos Díaz, apareció milagrosamente en el patio de una casa ubicada en el barrio de Constitución: "Llevo 48 años contando lo que pasó y nunca he cambiado mi versión, yo recuerdo todo", aseguró el protagonista de esta historia en dialogo con un medio.

Por mucho tiempo, Díaz no pudo poner en palabras lo que había experimentado, pues le parecía una situación imposible. No obstante, con el pasar de los años, logró expresar y comprender todo aquello que le había pasado e incluso cambiar su impresión con respecto a lo ocurrido. Él comenzó relatando que al suceso "lo tomó como una desgracia en su momento".

Luego procedió a detallar cada momento del hecho. Todo empezó en las calles de su barrio: salió del evento y se fue directo a comprar la edición de ese día del diario reconocido como "La Nueva Provincia". Una vez que lo tenía en sus manos, se dirigió a la parada de micros para tomar aquel que lo llevara directo hasta su casa, en Ingeniero White. Eran aproximadamente las 3.50 de la mañana cuando se bajó en su estación, frente a un galpón de máquinas del que justo en ese momento salían dos amigos suyos que terminaban de trabajar.

Los tres siguieron su rumbo juntos y a los pocos metros notaron algo extraño que llamó su atención. Una luz blanca se adueñó de una porción del cielo, aunque al principio les pareció llamativo, no le dieron mucha importancia, creyeron que se trataba de un avión. Sin embargo, no era lo que ellos imaginaban, la luz se movió a gran velocidad sobre sí mismos y se llevó sin previo aviso a uno de los hombres.

Los dos individuos que quedaron sobre la tierra, shockeados por la experiencia que acababan de vivenciar, fueron corriendo a avisarle a la esposa de Carlos. "Mirta, Mirta, a Carlitos se lo llevó un plato volador" gritaron los dos testigos.

"Yo estaba desesperado, gritaba, ni siquiera sabía lo que era un OVNI", y sostuvo que al momento de ser abducido "tenía el cuerpo paralizado y sentía nervios, miedo y ganas de llorar", aunque aclaró que "en ningún momento perdió la noción del tiempo ni la consciencia".

Respecto a las criaturas con las que se encontró dentro a la nave, manifestó que al principio se quedó de rodillas en una suerte de esfera, porque no se podía parar y que estaba solo, pero que de repente aparecieron "tres seres verdes y sin manos" que no se apoyaban ni caminaban, sino que "levitaban" y que no hablaban, solo se comunicaban telepáticamente.

El hombre detalló que, en su estado de shock, intentó tocar a los sujetos: "Su cuerpo parecía esponjoso. Cada vez que los tocaba se me caía el pelo y se les quedaba pegado a ellos", describió Carlos.

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